Una mañana de marzo, Gonzalo Campestre, ingeniero industrial boliviano, se plantó en una playa chilena de Antofagasta mas no exactamente para darse un chapuzón. Se remangó el pantalón, cogió una garrafa de cristal y la llenó con 8 litros de agua marina. De regreso al turismo, repartió el agua en diferentes botellas de plástico y se dirigió cara la frontera que aparta Chile de Bolivia. Los aduaneros, sorprendidos, le preguntaron qué liquido contenían esas botellas. “Agua de mar”, les respondió con total naturalidad. Su idea: crear una cerveza hecha con agua marina para probar a los 2 países que el mar se puede compartir. Se llamaría La Pacífica.

Hace 3 años, Campestre abandonó su trabajo de ingeniero en La Paz para dedicarse al negocio de las ofertas de cerveza artesanal en la destileria de Santa Cruz de la Sierra, el pulmón económico del país, donde creó la cervecería Franka. “Queríamos iniciar dos mil dieciocho con un proyecto nuevo, una receta diferente y de cierta manera, se cruzó la coyuntura”, recuerda, en referencia a los preparativos del Día del Mar que festeja cada veintitres de marzo la reclamación boliviana de una salida al Pacífico.

«Este año fue muy singular por la demanda contra Chile presentada frente al Tribunal de La Haya por el presidente, Evo Morales», explica en entrevista telefónica Andrés Guzmán Escobari, analista político boliviano. Una demanda en la que Bolivia demanda el acceso al litoral que perdió hace ciento treinta y cinco años y que daña al país más pobre de América Latina. «La gente decoró su casa con la bandera del litoral, los vehículos lucían el escudo, aun se desplegó la bandera más larga del planeta (doscientos km) en la carretera que une La Paz a Oruro», cuenta el creador de Un mar de promesas infringidas (Plural Editores).

Para Campestre, el ingrediente “original”, “distinto” que le faltaba se hizo evidente. “Antes de perder la Guerra del Pacífico (mil ochocientos setenta y nueve-mil ochocientos ochenta y tres), las costas y el agua de Antofagasta eran bolivianas. En ese puerto se efectuó la invasión de Bolivia con el desembarco de tropas chilenas a bordo del Blanco Encalada”, explica. La Pacífica no solo reflejaría el deseo de Bolivia por recobrar sus cuatrocientos quilómetros de litoral sino más bien asimismo la necesidad de calmar las tensiones entre los 2 países.

De vuelta a la cervecería, Campestre y sus asociados debieron tratar, filtrar, hervir, desalinizar y balancear con malta torrada el agua recogida en Antofagasta. “Fue difícil porqué solo tuvimos 3 semanas para ir a Chile, sacar el agua, y realizar la receta para poder lanzar el producto en el Día del Mar”, recuerda el empresario. Mas el resultado, asegura, valió la pena: “Conseguimos una cerveza de cinco con ocho por ciento de alcohol, sutilmente salobre, con gusto a ahumado, a caramelo, alguna sensación cítrica y rica en minerales”.

El cervecero no desea pronunciarse sobre si es agua boliviana o bien chilena. Prefiere decir que procede de las costas de Antofagasta. “Los que si afirman que es chilena son todas y cada una de las publicaciones y comentarios de los medios de Chile. Ciertos aun nos acusaron de haberles invadido o bien de no haber pagado un tributo por esos 8 litros de agua”, narra soltando una carcajada.

No obstante, la regidora de Antofagasta, Karen Colorado, salió en defensa de La Pacífica y saludó una iniciativa que percibió como una campaña de comunicación destinada a promover la hermandad entre los dos países. “No veo nada malo en esto, todo lo contrario”, explica la regidora a este periódico. Para ella, el hecho de que Campestre haya logrado generar su cerveza es la prueba de que los chilenos no sienten rencor hacía los bolivianos y que además de esto “sí tienen acceso al mar tal y como quedó establecido en el Tratado de 1904”. A su parecer, el presidente Morales es “el único que no comprende que su pueblo desea acercamiento”.

La situación de Karen Colorado forma parte «de la narrativa oficial chilena» que procura eliminar relevancia al tema —sobre el que La Haya pronunciará un resolución en los próximos meses—, estima Guzmán Escobari que considera la solicitud boliviana precisa para devolver la vigencia del tema. «Aunque, como bolivianos, estamos divididos sobre las pretensiones del Gobierno de sostenerse en el poder, este tema trasciende las barreras políticas y nos une a todos”, explica el analista que ve en el lanzamiento de La Pacífica una manifestación más del anhelo por recobrar el mar, a pesar de su fin de tipo comercial.

“La receta agradó mucho”, asegura con entusiasmo Campestre que agotó los doscientos cuarenta litros de cerveza que logró generar desde los 8 litros de agua marina. El empresario, que se limitó a repartir su primer lote en Santa Cruz de la Sierra, ahora sueña con reeditar la experiencia y llevar su cerveza a La Paz y tal vez, cualquier día, poder unir a Evo Morales y al presidente chileno, Sebastian Piñera, cerca de una Pacífica. “Teníamos la idea de reunirlos a través de un tweet, mas no lo vimos recomendable… ¡todavía!”, otorga entre risas.