
En nuestro arte de chombas lisas y chombas con logo, en nuestra cultura, en la historia, en los Gobiernos, tantos periodos monárquicos, republicanos, dictadura o bien democracia, el negro ha sido un color que nos ha perseguido y formado una parte de nuestra existencia. La exposición Modus. A la forma de España es un reflejo de la moda de este país en el último siglo. Las prendas y los diseñadores toman del arte cultural tradicional y usan piezas que son propias del país para sus creaciones, en las que los detalles semejan estar inspirados en las obras de los grandes maestros pictóricos que pernoctan en museos como El Prado. La muestra, que se va a poder visitar hasta el tres de marzo de dos mil diecinueve, en la sala Canal Isabel II de la capital española, es una apuesta del Gobierno regional por la moda pues “esta es la que mejor conecta al individuo con la sociedad y con el instante histórico que toca vivir”, explica el consejero de Cultura, Jaime de los Santurrones. Este mantiene que su Gobierno está comprometido con la moda “colaborando con la industria mediante líneas concretas de ayuda al ámbito con medidas fiscales y fomentándola como activo cultural”.
Los comisarios Raúl Marina y Wanda Morales han articulado la muestra en torno a 3 ejes temáticos. El traje de corte y el negro son parte de una de estas áreas, la repercusión de la estética religiosa es otra y, como no podía ser de otra manera, el planeta andaluz. “El negro está asociado al poderío de los Habsburgo, y, sobre todo, a Felipe II y por ende este color se impuso en todas y cada una de las cortes europeas a lo largo de su reinado, años después diseñadores tradicionales como Balenciaga o bien Fortuny, o bien más modernos como Amaya Arzuaga lo hicieron su seña en sus propuestas”, explica Raúl Marina mientras que recorre la muestra distribuida en 4 pisos.
En el siglo XVI cuando España era una enorme potencia económica, política y territorial su corte se transforma en referencia de estilo respecto al resto de las europeas “su parco vestido negro se convierte en expresión de máxima elegancia”, asevera Amalia Descalzo, doctora en Historia del Arte, autora de una de los artículos que figuran en el catálogo de la exposición.
En la segunda planta del edificio, los diseños que se muestran de Paco Rabanne, David Delfín o bien Manuel Pertegaz son reflejo del cosmos andaluz, con sus lunares y volantes, al tiempo que la estética de la tauromaquia se aprecia en creaciones de Sybilla, Lorenzo Caprile o bien Juan Vidal.
“La estética religiosa la tenemos reflejada en la sobriedad y integridad de líneas y volúmenes. Están en los trajes de Lemoniez y Devota & Lomba y la pieza de Leandro Cano que se semeja a una talla religiosa de madera”, explica el comisario. No hay que olvidar la relevancia que tuvo en España la mantilla como tocado a mediados de los años cincuenta del siglo pasado, en frente de los sombreros que se empleaban en Francia o bien Inglaterra. Y esta clase de encaje lo podemos ver en el vestidoVelvet Dream (dos mil ocho) en terciopelo, entallado, con cuello cerrado y con abertura de encaje leavers en la espalda de Andrés Sardá.
Los diseñadores Pedro Rovira, Victorio y Lucchino y Juan Duyos manejan bien el bordado en forma de encajes y decoración floral. Trabajos modernos que son parte de la tradición de España como el manto de seda floreado. “No se debe olvidar que los localismos forman una parte esencial de la exposición, no solo por medio de piezas populares como el Traje de Vistas de La Alberca (Salamanca), que ocupa un sitio señalado, sino más bien en creaciones más modernas de Miguel Adrover, Manémané o bien Delpozo”, apostilla Raúl Marina.
Mas lo de España no solo ha influido en los trabajos de los sastres de este país sino muchos otros autores han tomado como referencia nuestra cultura para plasmarlo en las piezas de alta costura. De esta forma John Galliano, Givenchy, Dries Van Aprecien o bien Lanvin se han dejado cautivar en algún instante de su etapa creativa por la estética de España para reflejarlo en sus creaciones. No han podido escaparse de los lunares, volantes e inclusive de las chaquetillas de matador en el caso del belga Dries Van Aprecien o bien del diseñador francés Givenchy.
La exposición se completa con un catálogo en el que figuran todas y cada una de las obras expuestas con imágenes de Jesús Madriñán y artículos de los comisarios Raúl Marina y Wanda Morales, y los especialistas Juan Gutiérrez, Amalia Descalzo y Álvaro Molina.