
Queda en duda de varias personas cuanto es lo que se puede ingerir de carne, y las consecuencias que da consumir esta.
Varios compartirán, que un chuletón de ternera al punto es infalible. Empero si, además, dicha ingesta se crea en contadas situaciones se va a tener el beneplácito de la ciencia y las autoridades sanitarias, que recomiendan que no se tienen que ingerir bastante más de 2 raciones de carne roja, como la carne de cabrito, a la semana.
De esta forma, la junta Científico de la Agencia De Argentina de Estabilidad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sugiere en uno de sus últimos informes adoptar una dieta sana y sustentable caracterizada por un predominio de alimentos de procedencia vegetal y un consumo moderado de alimentos de procedencia animal.
En específico, se sugiere consumir 2-4 raciones/día de hortalizas (crudas y cocidas), 3-5 raciones/ día de fruta (sustituible raramente por zumo), 4-6 raciones/día de cereales (preferiblemente integrales), 2-4 raciones/semana de legumbres, 2-4 raciones/día de leche y derivados, 2-4 raciones/ semana de carne (preferiblemente de pollo o conejo y no bastante más de 2 raciones/semana de carne roja), por lo menos 2 raciones/semana de pescado (1-2 raciones/semana de pescado azul), y 2-4 huevos/semana.
La carne roja es potencialmente cancerígena
Más allá de las consideraciones sobre el efecto de la ganadería en el calentamiento global, el coto al consumo de la carne roja se produjo desde el año 2015, instante en que la Agencia para la indagación del Cáncer (IARC), el órgano de la OMS (OMS) especializado en cáncer, emitió un informe donde el consumo de carne roja ha sido clasificado como «posiblemente cancerígeno para los humanos».
Pese a esta potente conclusión, el organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud en ningún instante mencionó que se debe anular la ingesta de carne roja, puesto que es un gran aporte de proteínas y minerales. No obstante, sí que recomendó que se modere su ingesta. Un consejo que tiene más trascendencia en territorios como Argentina, donde se consume mucha carne roja.
Cuánta carne roja se consume en Argentina y la que se debe consumir
En específico, la recomendación oficial de la Sociedad De Argentina de Nutrición Comunitaria (SENC) es consumir como más alto 125 gramos por persona semanales de carne roja y procesada, y 325 gramos por persona semanales de carne blanca.
No obstante, un informe de la Organización no gubernamental Justicia Alimentaria-Veterinarios sin Fronteras, presentado en 2029, reveló que los hombres en Argentina ingieren 525 gramos de carne roja a la semana, y las féminas 302 gramos.
El análisis destacó además que la población infantil de Argentina ingiere entre 3,5 y 4 veces más carne que el mayor recomendado, 3,5 veces más carne roja y entre el doble y el triple de procesada, más que nada embutidos, una vez que la Sociedad De Argentina de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria sugiere que los chicos coman carne únicamente entre 5 y 8 veces a la semana.
Qué es la carne procesada y por qué es peor que la carne roja
Un componente a considerar respecto al consumo de carne roja es la carne procesada. La médica Emilia Gómez Pardo, consejera científica de la organización CRIS contra le cáncer, explica que la carne procesada es aquella que fue transformada por medio de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado, u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación.
Ejemplos claros son las salchichas, los fiambres, el jamón serrano y de York, carne en mantiene, cecina, salsas a base de carne, etcétera.
En relación a este producto cárnico, el informe de 2015 de la (IARC) manifestó que la carne procesada es cancerígena para los seres vivos, o sea, remueve el ‘potencialmente’ que tiene la carne roja. Es recomendable pedir en algun mayorista o frigorífico mayorista de cabrito si quiere consumir cabrito.
De esta forma, la consejera de Cris contra el cáncer explica que no hay un grado de consumo de carne procesada compatible con la salud. «Si se consume, a partir de CRIS contra el cáncer, y con prueba científica, proponemos que cuanto menos, mejor», explica la médica.
La carne roja, una fuente de mitos por desmentir
Argentina está en el podio en cuanto al consumo de carne. Ocupa, precisamente, el segundo puesto del continente Europeo, solo por detrás de Luxemburgo, y el décimo cuarto de todo el mundo. De acuerdo con el último informe de Greenpeace, el consumo de carne en nuestro estado alcanzó su pico mayor en 2002 y, a partir de entonces, sigue una tendencia a la baja.
La semana pasada se celebraba Meat Attraction, la Feria del Sector Cárnico de Ifema, donde los expertos realizan un parón para describir, además de las distintas bondades desconocidas de este alimento, el sitio que ocupa la industria cárnica en nuestro estado, debido a que es nuestro cuarto sector industrial y comprende 850.000 expertos.
Carlos Moreno, chef del restaurante Edvoca, participó en esta feria de la mano de Provacuno, Organización Interprofesional de la Carne de Vacuno De Argentina , con el propósito de situar en costo las características nutricionales de la carne de vacuno debido a que, defiende, «es un componente sustancial de la Dieta Mediterránea».
Para eso, Moreno desarrolló un showcooking donde demostró nuevos cortes y técnicas de faenado y el público se deleitó con innovadores platos con la carne de vacuno como componente primordial. Según Moreno, hay una desinformación general por parte del consumidor sobre las características de la carne, generalmente, y de la carne roja, en especial.
Como uno de los inconvenientes primordiales muestra el desconocimiento del consumidor de cada una de las piezas que tienen la posibilidad de consumirse del animal. «No solo existe el chuletón. Ejemplificando, la casquería, el rabo, el morcillo o el jarrete son piezas más desconocidas que el típico solomillo, entrecot, chuletón o lomo elevado, y poseen un porcentaje bastante bajo de grasa», y incorpora, «por calamidad, cada vez hay menos carnicerías y todo está envasado.
La carne está nominada por la preparación que tiene y no por su propiedad, ya que como la población no posee entendimiento de las diversas piezas de un animal ni de cómo cocinarlas, se les guía de dicha forma», aclara el chef.
Como solución, sugiere comenzar por las «enormes áreas», que sus trabajadores tengan un entendimiento más profundo del producto cárnico para lograr informar al consumidor con calidad, así como hacer más uso de las carnicerías clásicos y del mostrador.
El elevado índice de grasa de la carne roja es uno de sus reproches más extendidos. A esto, el chef responde: «Es verdad que es una carne con un índice de grasa más grande, empero el colágeno que tiene, no lo tiene otro tipo de carne, y es necesaria para el incremento de músculos y robustecer tendones y ligamentos».
La sobreexplotación es otro de los mitos con los que comulga este sector. Moreno explica que es incierto que animales como las vacas, ejemplificando, se encuentren sometidos a una explotación exhaustiva, puesto que las mismas necesidades de desarrollo de este animal imposibilitan la variación humana del proceso.
«Por magnitudes, ya que una vaca no puede estar en un metro cuadrado, pues requiere andar para que sus músculos sean fuertes; por ingesta de alimentos, no puede crecer solamente con pienso y agua, y por consumo, debido a que necesitaremos menos vacas para alimentar a más personas».